En la tarea de cuidado y preservación del medio ambiente los niños son fundamentales. En LEARNING HANDS tenemos esta realidad muy presente, sabemos que nuestros pequeños serán los responsables de poner en práctica desde políticas ecológicas a nivel mundial como a llevar a cabo pequeños gestos en favor de mantener el ecosistema; es por ello que nuestras sesiones de estimulación también se realizan en espacios al aire libre, seguros y en alrededores del hogar del niño o niña. Esto lo hacemos con el fin de despertar su sensibilidad y conciencia ambiental, para así con juegos e imaginación sembrar nuevos hábitos que generarán un cambio de actitud hacia el medio ambiente a lo largo de su vida.

La naturaleza es una experiencia vital donde nos ofrece una cantidad muy elevada de estímulos fundamentales para el desarrollo de las diferentes áreas de aprendizaje de los niños A lo largo de la última década, algunos investigadores han descubierto muchas conexiones fascinantes entre jugar en la naturaleza y el desarrollo cognitivo, físico y emocional del niño. Tiempo al aire libre, especialmente tiempo no estructurado en entornos muy naturales, puede reducir el estrés del niño, aumentar su curiosidad y creatividad, mejorar su coordinación física e incrementar la capacidad del pensamiento lógico. Entre los resultados específicos de investigaciones se encuentran los siguientes:

Jugar en la naturaleza es especialmente importante para desarrollar las capacidades de creatividad, resolución de problemas y el desarrollo intelectual.

Kellert, 2005

En centros infantiles muestran que los niños y niñas que utilizan aulas al aire libre y otras formas de educación vivencial basadas en la naturaleza, presentan mejoras significativas en estudios sociales, ciencias, artes del lenguaje y, matemáticas.

American Institutes for Research, 2005
  • Los niños que pasan más tiempo al aire libre tienden a ser más activos,más seguros y autónomos. Capaces de resolver sus problemas de manera armónica y sin frustraciones y son menos propensos a sufrir de sobrepeso.
  • Los niños que juegan regularmente en entornos naturales tienen mejores habilidades motoras ‒ especialmente el equilibrio y la coordinación‒ el desarrollo del sentido propioceptivo y el sistema vestibular llegan a una máxima habilidad cuando se trata de exponerlos en espacios naturales.
  • Los niños en edad escolar participan más en comportamientos y solución de problemas cooperativos el contacto con la naturaleza incentiva el desarrollo de la creatividad e iniciativa proporcionándoles experiencias de libertas en expresión y movimiento.

Mari Luz Díaz, psicóloga, coincide en que, más allá de todos los beneficios sobre la salud, las capacidades intelectuales y el equilibrio emocional que pueda suponer que los niños estén en contacto con la naturaleza de forma espontánea, si se aprovecha ese contacto en contextos educativos –aulas de naturaleza, bosque, parques, etc., los espacios naturales se convierten en un gran recurso pedagógico para educar la percepción de los niños y hacer que aprendan a discriminar, a categorizar y a ordenar la información, a establecer vínculos afectivos con la naturaleza y los seres vivos y a desarrollar sentimientos de respeto y de protección del medio ambiente.

Las plantas y los paisajes verdes, reducen el estrés en niños altamente estresados. Localidades con mayor número de plantas, paisajes verdes y acceso a áreas de juego natural, muestran resultados más significativos.

Wells and Evans, 2003